dijous, 31 de desembre del 2015

El inicio de una hegemonía

Primavera del año 1988 en Barcelona. El principal club local, de importancia capital en la historia del fútbol, sufre una de las mayores crisis deportivas por él vivida. Tres temporadas de sequía, solamente consiguiendo una Copa del Rey aquel mismo año (1988), malos resultados continuados en la presente, filosofía de juego irreconocible, jugadores molestos y sin implicación,un entrenador a la deriva… Tal era la situación del FC Barcelona escasos meses antes de la llegada de uno de los entrenadores más laureados de los pasados por el conjunto catalán. El más longevo en sus banquillos, padre del sistema que aún hoy sigue desarrollándose e iniciador de la que, a la postre, resultó ser una de las mejores épocas conocida por la entidad. La hegemonía del FC Barcelona, que ya sobrepasa los 25 años, con unos pocos años de sequía (a principios del siglo XXI), se inició allí, en el período estival de 1988. Con él, con el "Flaco". Con el gran Johan Cruyff. Antecedentes y situación El FC Barcelona comparecía en la temporada 1987/88 dirigido por Terry Venables y con jugadores en su plantilla de la talla del centrocampista alemán Bernd Schuster, el internacional español Víctor Muñoz, el maduro y talentoso guardameta Andoni Zubizarreta, o los míticos centrales Migueli y Alexanco. Tras un penoso inicio y con cuatro jornadas ligueras disputadas el técnico fue cesado de manera fulminante, tomando las riendas del equipo el nacional Luis Aragonés. El "sabio de Hortaleza" tampoco fue capaz de calmar las aguas. Con sus métodos tradicionales intentó hacerse con el dominio del vestuario e implantar un sistema de juego clásico en dibujo 4-4-2, con jugadores experimentados. Pretendió un once reconocible. No fue suficiente. El equipo se mantuvo lejos de los puestos de cabeza, incluso de posiciones europeas, durante todo el año, no mostrado estabilidad de juego ni de resultados. El eterno rival, el Real Madrid, se postulaba como principal candidato para alzar la tercera liga consecutiva, lo que aún aumentaba si cabe la presión y agravaba el daño. La Junta Directiva, con Josep Lluis Núñez a la cabeza y Joan Gaspar como mano derecha, entrenador, jugadores y aficionados mostraban una latente enemistad. Alineación (4-4-2): Zubizarreta; Gerardo, Alexanco, Migueli, Julio Alberto; Víctor Muñoz, Roberto, Schuster, Urbano; Carrasco y Lineker. La única alegría se produjo el 30 de marzo de 1988, cuando se conquistó la Copa del Rey en el estadio Santiago Bernabeu, venciendo en la final a una potente Real Sociedad dirigida por el galés John Benjamin Toshack por un gol a cero, poniendo fin a la mala racha que se extendía desde el campeonato liguero conseguido en la temporada 1984/85.  Ya tenían entrenador, faltaba atajar el segundo asunto, "purgar" la plantilla. Schusterse fue al Real Madrid, Calderé al Real Betis, Víctor Muñoz a la Sampdoria… y así hasta un total de 13 bajas de enjundia dejaron a la plantilla con únicamente 9 permanencias. Salidas: Víctor Muñoz, Moratalla, Gerardo, Schuster, Urruti, Manolo, Calderé, Pedraza, Clos, López López, Amarilla y Linde. Consensuado todo con el técnico, en el verano de 1988 se produjeron 12 fichajes, a petición expresa de Johan prácticamente la totalidad. La mayoría de ellos profesionales que recalaron únicamente con buen cartel y que en Barcelona maduraron para terminar erigiéndose en estrellas. Un total de dos mil millones de pesetas desembolsados. Llegadas: Serna (Sevilla), Aloisio (Internacional), López Rekarte, Bakero y Beguiristain (Real Sociedad), Eusebio y Julio Salinas (At. Madrid), Unzúe (Osasuna), Soler y Valverde (Español), Hierro (Valladolid), Milla, Amor, Roura y Serer (filial). Romerito (Fluminese. Mercado invernal) y Koeman (PSV). Los jugadores que continuaron dieron su palabra al míster de olvidar lo pasado y comprometerse con el momento. Todo pactado. Alexanco siguió ostentando la capitanía, pasando el brazalete en su ausencia a Zubizarreta, otra de las permanencias. Cruyff quiso dejar claro ante afición y directiva que el grupo de jugadores debía ser una única alma, caminando hombro a hombro para conseguir los objetivos. Permanencias: Zubizarreta, Alexanco, Migueli, Cristobal, Julio Alberto, Urbano, Carrasco, Lineker. El día de la presentación en el Camp Nou, al dirigirse el capitán públicamente a la afición se oyeron silbidos de varios sectores del graderío, contratiempo que el entrenador no tardó en zanjar de manera contundente: "No me parece bien que silbéis a un jugador que yo mismo he elegido como capitán. Si queremos que las cosas no vayan como el año pasado, ésta no es la mejor manera de empezar". Su declaración de intenciones caló en el aficionado, el ambiente convulso se suavizó y el esférico se puso a rodar. Lo importante había comenzado. ¿Quién era en aquel entonces el Cruyff entrenador? Como futbolista, el tres veces balón de oro y principal estandarte de la época más gloriosa de la "Naranja mecánica", considerado como uno de los cinco grandes de la Historia, poco tiene por descubrir. Retirado de los terrenos de juego en el año 1984, tomó las riendas del Ajax de Amsterdam sólo un año después. Allí tuvo bajo su tutela a grandes futbolistas, de potencial técnico, bisoños la mayoría, ambas señas de su identidad. Ronald Koeman, Frank Rikjaard, Marco Van Basten o Dennis Bergkamp fueron figuras clave en sus planteamientos. Él formó sus inicios profesionales, parte de ellos, de su manera de entender el fútbol, va ligada directamente a sus enseñanzas. En dos temporadas y media al frente del conjunto holandés, conquistó dos Copas holandesas y una Recopa de Europa. Con 41 años recalaría en el Camp Nou, aún sin el título de entrenador válido y acompañado por quien había sido asistente la temporada anterior de Luis Aragonés, su viejo conocido y amigo Carles Rexach. Durante los ocho años siguientes permanecerían juntos. Las ideas del "Flaco" Johan Cruyff intentó variar el rumbo del club, cambiarlo desde el primer al último detalle en lo concerniente a sus labores.La exquisita y arriesgada noción de fútbol total de la escuela holandesa, que tan buenos resultados le había dado en su anterior equipo y que tanto conocía, y la potenciación de la cantera fueron sus principales bazas. Con los fichajes adecuados, los ascensos desde el segundo equipo a su medida, y la contumaz didáctica de juego de toque y posición, intentó llevar a cabo su visión de lo que debiera verse sobre un terreno de juego. La esencia del nuevo entrenador podría resumirse en palabras sagradas para él, para su idea. -Simpleza "El juego sencillo es el más preciso. La solución que parece más fácil es, de hecho, la más difícil de ejecutar". -Técnica "El fútbol consiste básicamente en dos cosas: ser capaz de pasar la pelota correctamente y tener la capacidad de controlarla. Si no haces esto, no podrás pasar correctamente". -Posesión "Si tienes el balón, no lo tiene el rival". "Se trata de hacer el campo pequeño cuando no lo tienes y grande cuando tienes la pelota". -Ataque "Se debe de jugar de manera ofensiva y atractiva, debe ser un espectáculo". -Inteligencia "No es necesario correr tanto. Al fútbol se juega con el cerebro". "Mis delanteros sólo deben correr quince metros, a no ser que sean estúpidos o estén durmiendo". -Solidaridad "Debemos aceptar que el compañero comete errores y ayudarle del mismo modo que ellos lo harán cuando los cometamos nosotros". "Es indispensable saber trabajar en equipo, un único jugador no puede ganar un partido". -Polivalencia "Creo que todos los jugadores deberían ser capaces de desenvolverse en todas las posiciones del campo. En una charla el extremo izquierdo tiene que escuchar las instrucciones del lateral derecho". -Oportunidades "Hay que valorar al jugador por su calidad, no por su edad. Si con doce años un jugador ya demuestra ser técnicamente superior hay que subirlo, para que compita y pueda mejorar." El equipo Cruyff compuso un plantel joven, una media de edad tanto del once titular como de la plantilla en general que rondaba los 25 años. El proceso fue lento y dificultoso, la instrucción, constante y tenaz. Sin estrellas reseñables, con futbolistas de nivel similar y trasnmitiendo la importancia del conjunto sobre la persona. Figura táctica El esquema que implantó fue el ya mítico 3-4-3.Sistema en el que lo primordial es el ataque, la defensa es un resultado de él, una conexión directa. Defenderse mediante la progresión con el balón y el dominio de la totalidad del espacio y el juego. Juntar la mayoría de futbolistas posibles en el centro del campo para asegurar la posesión, y facilitar la recuperación rápida en la zona media cuando no se disponga del esférico. Todas ellas, características tan reconocibles en su idea, hoy nos parecen explotadas. Hace más de dos décadas tuvieron que ser defendidas a capa y espada, con ensayos y errores asumidos por su genio. Alineación tipo (3-4-3) Zubizarreta El portero debía ostentar dos cualidades, innegociables: dominio aéreo y capacidad y valentía en las salidas al cruce. Cabe recordar que en aquellos años aún se permitía la cesión, no siendo necesario, por tanto, un gran dominio de juego con el pie. Serna, Aloisio, López Rekarte Un central de estatura, con presencia y capacidad para sacar el balón jugado, acompañado de dos laterales móviles, rápidos en la transición. La espalda quedaría desguarnecida por el propio mecanismo en multitud de ocasiones, por tanto la capacidad de reacción de ambos laterales se antojaría esencial. Milla, Roberto, Eusebio Un medio centro posicional, líbero en ocasiones, cuyas principales virtudes debían ser el conocimiento táctico, la calma y el buen trato, y el entendimiento del juego organizado. Encargado de conectar las líneas defensiva y media y escoltado por dos hombres, de virtud técnica, abiertos en posesión y cerrados en espera. Su objetivo: facilitar la circulación fluida, dominar el centro del campo en superioridad numérica y apoyar a la retaguardia en ataque oponente. Bakero Media punta que hará de "tapón" en el posicionamiento defensivo y será nexo con el trío de adelantado. Generalmente un futbolista con facilidad para pisar el área y rematar, bien balones aéreos o directos, bien jugados. Julio Salinas, Beguiristain, Lineker Arriba, tres futbolistas. Un delantero centro al uso y dos atacantes cayendo a las bandas, a poder ser veloces e incisivos, con  movilidad y olfato goleador. La implicación defensiva de los hombres escorados se presenta importante en el sistema, ya que serán los primeros encargados en presionar la salida rival. Ante contragolpes deberán retrasarse para apoyar a los futbolistas de la zona media, a fin de cubrir los espacios laterales que el dibujo deja al descubierto a izquierda y derecha de los defensores.   FC Barcelona, historia de una hegemonía 30-12-2015 02:42 Desde la llegada de Johan Cruyff a finales de la década de los 80, la entidad de la Ciudad Condal ha dominado el panorama futbolístico mundial, acumulando títulos prácticamente temporada tras temporada y maravillando a los amantes del buen fútbol. Ya está escrito, con inicio, aún sin final. Un objetivo, alejar el olvido. El inicio de la era Cruyff Primavera del año 1988 en Barcelona. El principal club local, de importancia capital en la historia del fútbol, sufre una de las mayores crisis deportivas por él vivida. Tres temporadas de sequía de títulos, malos resultados continuados en la presente, filosofía de juego irreconocible, jugadores molestos y sin implicación, entrenador a la deriva… Tal era la situación del FC Barcelona escasos meses antes de la llegada de uno de los entrenadores más laureados de los pasados por el conjunto catalán. El más longevo en sus banquillos, padre del sistema que aún hoy sigue desarrollándose e iniciador de la que, a la postre, resultó ser la mejor época conocida por la entidad. La hegemonía del FC Barcelona, que ya sobrepasa los 25 años, se inició allí, en el período estival de 1988. Con él, con el "Flaco". Con Johan Cruyff. Antecedentes y situación El FC Barcelona comparecía en la temporada 1988-89 dirigido por Terry Venables y con jugadores en su plantilla de la talla del centrocampista alemán Bernd Schuster, el internacional español Víctor Muñoz, el maduro y talentoso guardameta Andoni Zubizarreta, o los míticos centrales Migueli y Alexanco. Tras un penoso inicio y con cuatro jornadas ligueras disputadas el técnico fue cesado de manera fulminante, tomando las riendas del equipo el nacional Luis Aragonés. Aragonés y Rexach (foto:fcbarcelona) El "sabio de Hortaleza" tampoco fue capaz de calmar las aguas. Con sus métodos tradicionales intentó hacerse con el dominio del vestuario e implantar un sistema de juego clásico en dibujo 4-4-2, con jugadores experimentados. Pretendió un once reconocible. No fue suficiente. El equipo se mantuvo lejos de los puestos de cabeza, incluso de posiciones europeas, durante todo el año, no mostrado estabilidad de juego ni de resultados. El eterno rival, el Real Madrid, se postulaba como principal candidato para alzar la tercera liga consecutiva, lo que aún aumentaba si cabe la presión y agravaba el daño. La Junta Directiva, con José Luis Núñez a la cabeza y Juan Gaspar como mano derecha, entrenador, jugadores y aficionados mostraban una latente enemistad. Alineación (4-4-2): Zubizarreta, Gerardo, Alexanco, Migueli, Julio Alberto, Víctor Muñoz, Roberto, Schuster, Urbano, Carrasco y Lineker. La única alegría se produjo el 30 de marzo de 1988, cuando se conquistó la Copa del Rey en el estadio Santiago Bernabeu, venciendo en la final a una potente Real Sociedad dirigida por el galés John Benjamin Toshack por un gol a cero, poniendo fin a la mala racha que se extendía desde el campeonato liguero conseguido en la temporada 1984/85.​ El motín del Hesperia (Foto:sport) Tal hecho palió los pesares sufridos durante la temporada, al menos de cara al espectador. Pero por poco tiempo, quizá días. Al mes siguiente se produciría un suceso insólito, que los rotativos bautizarían como el "Motín del Hesperia",nombre éste tomado del hotel donde aconteció. Los futbolistas, de la voz del capitán Alexanco, junto al entrenador, decidieron hacer una crítica abierta y frontal, tanto por escrito como de manera verbal, contra el presidente Núñez.Convocaron a los medios y expusieron sus argumentos de forma directa, poco menos que beligerante, reflejando la disonancia entre los diferentes estamentos del club. "Queremos dejar claro que la plantilla está unida, pese a los continuos intentos de dividirla del presidente y la directiva". "El presidente nos ha humillado como personas y como profesionales". "Nos sentimos totalmente engañados por el presidente, al no haber cumplido los compromisos pactados y responsabilizar a los jugadores de sus propios errores". "En la final de la Copa no tuvo ni la obligada cortesía de felicitarnos". "En conclusión, aunque la petición de dimisión es derecho de los socios del club, la plantilla sugerimos la dimisión". Con tamañas declaraciones y tan turbio ambiente clausuró la temporada, finalizando en sexta posición, a veintitrés puntos del Real Madrid, que se alzó con el título. La respuesta de Núñez, el futuro Lejos de temblarle el pulso, el experimentado presidente azulgrana tomó una decisión contundente:cambio de entrenador inmediato y reestructuración profunda de plantilla. Tras varios contactos a punto estuvo de concretarse el fichaje para el banquillo del español Javier Clemente, pero, paralelamente, las negociaciones con el otrora entrenador del Ajax del Amsterdam Johan Cruyff, ex jugador azulgrana y figura admirada por directivos y afición, ahora en el mercado, seguían avanzando. Finalmente estas últimas llegaron a buen puerto, culminando con su arribo principiando el mes de mayo. Esta vez la suerte estuvo con el club barcelonés. Quién sabe qué hubiera sido de la historia reciente de la entidad de no haber aterrizado el entrenador holandés en la Ciudad Condal. "Conozco el club y no quiero que la historia se repita. Si queremos cambiar las cosas hay que cambiar la historia". Johan Cruyff. Piezas esenciales Sobre el terreno, las claves de un sistema de dominio del balón pasarían por ser las posiciones de defensa central, medio centro organizador y media punta. Un central de buen manejo de balón y contundencia era necesario. Su apuesta personal fue el brasileñoAloisio, llegado del Internacional. Expeditivo, demasiado duro en ocasiones. A veces superado por tener que abarcar tanto espacio a izquierda y derecha fue criticado durante gran parte de la temporada. Pero lo cierto es que como relevo de Alexanco, ya veterano, y primera experiencia, el balance de la temporada para él fue positivo, dio más que restó, colaboró en la salida de balón, y con ello en el funcionamiento general, más que perjudicó. Delante de él, y mostrando una vez más su inquebrantable fe en la cantera, el "Flaco" subió del filial y dio mando a Luis Milla, centrocampista delicado, de poco poderío físico pero mucho mental. Una premisa: el orden. tras el delantero centro, que resultó ser Julio Salinas, ubicó a una de las posiciones trascendentales de su sistema, la figura del media punta llegador. José María Bakero fue uno de los mayores aciertos del entrenador holandés. Su influencia en ataque fue decisiva como complemento del delantero, sumando 10 goles en su primera temporada. Una de las decisiones comprometidas fue la nueva ubicación del máximo goleador de la pasada temporada con 17 goles y principal estrella del equipo, el inglés Gary Lineker. Johan decidió reubicarlo, pasando de jugar de "9" puro en el 4-4-2 de Aragonés, a hacerlo en banda derecha en el 3-4-3 actual, posición que no aceptó y a la cual no supo adaptarse. La punta de lanza quedó para Salinas, quien al final de año volvería a dar la razón al técnico, ya que con 20 tantos finalizaría tercer máximo goleador de la liga, en la que sería la mejor marca de su carrera. La temporada Como síntesis, el primer año de Johan Cruyff en el FC Barcelona tuvo inestabilidad de resultados, progresión en juego y madurez de la idea, y buen balance final. Formar una plantilla nueva en su mayoría, en muchos casos inexperta al primer nivel, y un modelo novedoso, resultó una ardua tarea. Hubo momentos difíciles, en los que se pensó incluso en la destitución del entrenador. Como campeones de Copa del Rey, el primer escollo al que debieron enfrentarse fue medirse al Real Madrid en la Supercopa de Españaen septiembre de 1988, a doble partido. Los azulgranas disputaron de igual a igual ambos encuentros, perdiendo en la ida, disputada en feudo blanco por 2-0, y ganando como locales en la vuelta por 2-1. Resultado insuficiente. Alineación (2-0): Zubizarreta, Urbano, Aloisio, Rekarte, Milla, Eusebio, Bakero, Roberto, Beguiristain, Lineker y Julio Salinas. El campeonato liguero comenzó de la mejor manera posible, dos victorias en sendas jornadas iniciales y relativa estabilidad hasta la octava fecha. La idea crecía, pero el sistema, aún en estado precario, mostró carencias, principalmente defensivas, ya que concedía muchos espacios a los rivales y propiciaba ocasiones con el ataque directo. El todopoderoso Real Madrid de la "Quinta del Buitre", equipo estable, potente y consolidado, con jugadores de la importancia de Hugo Sánchez, Schuster, Míchel o Butragueño y entrenado por el curtido holandés Leo Beenhakker, le pisaba los talones en el inicio de campaña. El "clásico" llegó en la octava jornada, en el Santiago Bernabeu. Los blancos salieron airosos del duelo, venciendo por 3-2 y tomando la cabeza de la clasificación, de la que no se apearían. Alineación: Zubizarreta, Urbano, Aloisio, Rekarte, Milla, Eusebio, Roberto, Bakero, Beguiristain, Lineker y Julio Salinas. El equipo azulgrana se mantuvo entre la segunda y tercera posición durante todo el año, sin dejar cuerda al liderato, jornada tras jornada. Otro de los momentos agrios de la temporada, quizá el mayor, se produjo en la Copa del Rey, donde los catalanes cayeron derrotados con estrépito contra el Atlético de Madrid en los cuartos de final, disputados en abril de 1989. 1-1 en la ida y una contundente derrota por cuatro goles a cero en la vuelta cerraron su participación. Alineación (4-0): Zubizarreta, Serna, Aloisio, Alexanco, Julio Alberto, Eusebio, Amor, Soler, Roberto, Lineker y Julio Salinas. Por el contrario, en Europa seguían superando escollos y desarrollando un buen fútbol. Ese año disputaban la ya extinta Recopa de Europa, cuya participación fue conseguida al ganar la Copa del Rey el pasado curso, ya que su sexto puesto liguero le hubiese privado de disputar cualquier torneo europeo. La competición doméstica finalizaría con la cuarta Liga seguida para el Real Madrid. El resultado y balance final azulgrana sería de un segundo puesto, cuatro derrotas y 57 puntos, a cinco del líder. El primer título Tras dejar en el camino a Lech Poznan, AGF Arhus y CSKA de Sofia, el FC Barcelona alcanzó la final de la Supercopa de Europa, que se disputaría el 10 de mayo de 1989 en la ciudad suiza de Berna. Pese a los resultados tan dispares y finalizando ya la primera temporada con la posibilidad de cerrarla en blanco, Johan Cruyff persistió en su idea. En frente, la Sampdoria, del Calcio. Quizá ésta la mejor competición nacional en la década en curso, probablemente aquélla una de las mejores escuadras que se le recuerdan. Figuras como Pagliuca, Cerezo o el propio Víctor Muñoz, y un ataque temible con la dupla italiana formada por Vialli y Mancini, componían su alineación. El entrenador holandés formó con el siguiente once inicial: Zubizarreta, Urbano, Alexanco, Aloisio, Milla, Eusebio, Amor, Roberto, Beguiristain, Lineker y Julio Salinas. La evolución de Milla andó pareja a la de otro de los canteranos, el volante Guillermo Amor, esencial en la temporada con 8 goles, y que fue ganándose titularidades a base de buenas actuaciones hasta serlo en la final. El resto del equipo, igualmente, tras un año, podría recitarse de memoria. Las cosas se le pusieron de cara prontamente. En el cuarto minuto disputado Julio Salinas, tras jugada de Lineker, abría el marcador. Viento favorable, lo que suele traducirse en un rival abierto y volcado, precipitado en ocasiones. La Sampdoria, mostrando el empaque que tradicionalmente caracteriza a los equipos italianos, no se desmoronó, llegando al descanso con el estrecho margen en el resultado. El 2-0 definitivo llegaría en la segunda mitad, su autor López Rekarte, un lateral; como sus compañeros a las órdenes de Cruyff, un todocampista. El FC Barcelona conquistaba así su tercera Recopa, y encadenaba dos títulos en temporadas consecutivas. El resurgir del ave fénix se veía más cercano. Prometió espectáculo, lo dio. No prometió títulos, incumplió. Éste fue el primer año de Johan Cruyff en el FC Barcelona, los primeros pasos de un ascenso brillante, de un período hegemónic, que a dia de hoy aun esta muy vivo. agradecimientos a vavel.es